Me pinto el cabello de negro para los encuentros amorosos, y de blanco para las reuniones de negocios
Desde las cenizas me levanto, con mi cabello rojo y devoro hombres como el aire.
Cuando tenía algún problema solía decir filosóficamente: Esperemos que la madeja se desenrede sola
A mi madre huyen las tempestades de mi mente cuando los dedos de su mano fría, se hunden, temblando, en la melena mía...
El pelo es el ornamento más rico de las mujeres
Su pelo en breves páginas, las fugitivas páginas, desordena sometiendo las plumas de la almohada a la técnica del sueño.