En el ejército, un hombre nunca se siente solo; tu vida es diferente, claro, estás completamente solo pero gozas de cierta libertad, y además debe de ser maravilloso componer canciones y cantarlas.
Pintar un cuadro, componer una ópera, eso son cosas que uno hace hasta que encuentra el siguiente culo dispuesto a hacerlo.
Te puedes adornar con las plumas de otro, pero no puedes volar con ellas.
Al cristianismo no se le debe adornar ni engalanar: él ha hecho una guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, él ha extraído de esos instintos, por destilación, el mal, el hombre malvado — el hombre fuerte considerado como hombre típicamente reprobable, como hombre réprobo.