Si deseas obtener mérito y hacerte uno con lo divino, desarrolla entonces tu virtud y extiéndela Hacia el mundo. Abandona teologías fantasiosas e ideas imaginarias y realiza algún trabajo cotidiano ordinario como la curación.
Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti.
La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
El hombre vulgar que no puede granjearse la estimación, busca la conmiseración.
Si se habla de naturalidad puede decirse que existe la naturalidad vulgar y la naturalidad exquisita. La naturalidad no siempre es la expresión más usada. La naturalidad es lo que está conforme a la esencia. La costumbre no es natural, y lo mejor no es aquello que se presenta como lo primero, sino lo que debe quedar siempre.