El hombre es un animal no social, sino cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.
Aparte de mi pueblo, siento una gran simpatía hacia los ingleses. Al fin y al cabo, una cosa está clara: Alemania se alzará con los ingleses o con los rusos; y los rusos parecen tener ventaja. También son muy listos. Fritzche me dice que siguen preguntando por mí. Tal vez estaría mejor en sus manos.
No podemos tenerles simpatía a quienes tratan de arrebatar el poder del gobierno para satisfacer sus propios intereses personales.
Cuando uno observa las pesadillas de desesperados esfuerzos hechos por miles de personas que luchan para huir de los países socializados de Europa, de escapar a través de las alambradas, bajo el fuego de las ametralladoras, uno no puede seguir creyendo que el socialismo, en cualquiera de sus formas, esté motivado por la benevolencia y el deseo de alcanzar el bienestar humano
Yo no quiero olvidar que he encontrado en mi camino, bien áspero por cierto, una criatura generosa, tan bella de alma como de cuerpo, de sentimientos como de ideas, que tuvo la benevolencia de creer en mi.
No tiene importancia -dijo Roland-. Tú vendrás con nosotros. Nos sentimos como en casa en situaciones de ambigüedad legal. Los tratados bajo los cuales opera el Registro nos permiten márgenes muy flexibles. Y nosotros creamos flexibilidad, en las situaciones en que se requiera. -La máscara de afabilidad había desaparecido de golpe: los ojos de Roland eran tan duros como los de Pierre.
El carácter más apropiado para educar humana y cristianamente a los niños y jóvenes es el que reúne la jovialidad, la afabilidad y la constancia que sólo se hallan en un corazón humilde y bondadoso
El matrimonio es un contrato de afectividad que no garantiza nunca su cumplimiento, pues el cariño se revisa cada mañana.
A muchos científicos no les agradó la idea de que el universo hubiese tenido un principio, un momento de creación.
El escritor que quiera saber cómo debe conducirse en relación a la posteridad no tiene más que examinar en los viejos libros qué es lo que le causa agrado y cuáles son las omisiones que más lamenta.
Respetables señores y señoritas: Agradezco profundamente un obsequio que tanto me lisonjea, y puedo asegurar en mi nombre y en el de mis compañeros de peligro, que esta bandera así consagrada no vendrá abajo, sino cuando caiga el mástil o se sumerja la nave que la tremole!
Una relación nueva y osada de palabras es el más valioso obsequio para el espíritu, es nada inferior a una estatua del efebo Antinoo o a la poderosa bóveda de un portal.
La lluvia que cae. Lluvia de verano sobre la tierra. Lluvia nocturna. La oscuridad y calidez y el torrente de pasión.
Una característica típica del estilo zen es que en la acción se compromete a fondo y va hasta las últimas consecuencias. En todo se entrega total y libremente sin consideración de sí mismo. No confunde la espiritualidad con el pensar en Dios mientras uno pela patatas. La espiritualidad zen consiste justamente en pelar patatas.
Habré sido en cierto momento marxista, me atraía mucho el análisis marxista de la historia, ese arte de anunciar el pasado que decía Valera a partir de la consideración de Marx sobre aquello de que la anatomía del mono solo era compresible a través de la anatomía del hombre. Pero el marxismo es una doctrina difunta, como la novela, un asunto del ayer, de nuestro ayer.
La sencillez de carácter es el resultado natural del pensamiento profundo.
El Rey es una buena persona, que siempre está atenta a todo. Es muy humilde. Me gusta el Rey que tenemos. Me transmite mucha tranquilidad porque su imagen es de humildad y parece una persona muy normal. Esa sencillez suya se agradece mucho
Sólo hay dos cosas en el arte: la humanidad o la falta de ella. La simple forma, algún detalle en sí, no crea humanidad. Hoy en día contamos con suficiente arquitectura mala y superficial que es moderna
La aflicción que es aturdido y sin habla no está de moda: la mujer de hoy está de luto por su marido en voz alta y le explica toda la historia de su muerte, que aflige tanto, que no olvida el más mínimo detalle al respecto.