En una sociedad no deben ni pueden existir clases sociales definidas por índices económico. El hombre no es un ser económico. Lo económico hace en él a su necesidad, no a su dignidad.
En las luchas contra el imperialismo económico extranjero, por la industrialización nacional, por la justicia en los campos, contra el parasitismo de los grandes rentistas, etc., la posición que conviene a los trabajadores es la posición misma del interés nacional.