No creo a la gente que dice: 'He roto mi manuscrito, lo he tirado'. No lo creo. O bien lo que estaba escrito no existía para los demás, o no era un libro. Y uno siempre sabe lo que no es un libro
Me voy con el corazón roto pero seguro que si juego en el fútbol español volveré a ser considerado el mejor del mundo
Es lo que sé de la crueldad de la paciencia. No hay paciencia más terrible que la paciencia de las trastornadas. He visto a dementes afanarse en tareas interminables: trasvasar arena de una taza perforada a otra, contar las puntadas de un vestido raído o las motas en un rayo de sol, rellenar con las sumas resultantes libros invisibles de contabilidad.
La fiesta se ha apagado, las luces del teatro ya no existen, estoy en la nada del circo no queda sino un traje raído cansado descolorido.