Como en la playa virgen dobla el viento, el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena, así en mí tu recuerdo.
¿Quién ha entrado en el portal, en el portal de Belén? ¿Quién ha entrado por la puerta? ¿quién ha entrado, quién?. La noche, el frío, la escarcha y la espada de una estrella. Un varón, vara florida y una doncella
Nacimos indios, esclavos del cura, esclavos del gobernador, esclavos del cacique, esclavos de todos los que agarran la vara del mandón...
Las masas eran como una jauría de perros que se precipitan para morder obedeciendo al látigo de su amo, tomando como única precaución no recibir ningún latigazo. Ya había entendido con claridad la naturaleza de esa cosa infalible que son las masas
No me hablen de la tradición naval. No es más que ron, sodomía y el látigo
Como en la playa virgen dobla el viento, el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena, así en mí tu recuerdo.
No podría sobrevenir mayor desventura que librar la imperfecta naturaleza humana del único látigo que la hace progresar: la necesidad y el hambre.
Simplemente intento comprender. Nadie puede pedir perdón por la historia. Ésta es la que es y somos hijos de ella. En cualquier caso, deberían recordar otra cosa: España se fue hace 200 años de América, así que desde entonces lo han hecho solos. No podemos darnos con el látigo todo el tiempo
Nacimos indios, esclavos del cura, esclavos del gobernador, esclavos del cacique, esclavos de todos los que agarran la vara del mandón...
¿Quién ha entrado en el portal, en el portal de Belén? ¿Quién ha entrado por la puerta? ¿quién ha entrado, quién?. La noche, el frío, la escarcha y la espada de una estrella. Un varón, vara florida y una doncella