El peregrino que ansía refrescar sus secos labios en las aguas vivas, y sin embargo no se atreve a lanzarse en ellas por temor a la corriente, se expone a sucumbir de calor. La inacción originada del miedo egoísta, no puede producir sino malos frutos.
El teatro épico le opone a la obra de arte dramática total el nuevo concepto de laboratorio dramático, al retomar de manera nueva la más vieja tarea del teatro: exponer lo presente. Y, en el centro de sus experimentos, figura el ser humano en nuestra crisis.
No me interesa exponer mi vida privada a la gente. Creo que soy un artista transparente, de esos que cuelga la ropa en el frente y esas ropas son mis canciones, con ellas pueden descubrir toda la intimidad, mi alma al desnudo
Las reglas del juego han cambiado: han llegado las descargas en Internet de la forma más intensa que podíamos imaginar, cada vez hay menos tiendas donde exhibir nuestros productos, también hay problemas de promoción, exhibición...
Cuatro imaginarios que se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a la vez: aquel que creo ser, aquel que quisiera que crean, aquel que el fotógrafo cree que soy y aquel de quien se sirve para exhibir su arte.
El divorcio es completamente desventajoso para las mujeres. Un hombre puede haber tenido varias esposas sin mostrar señales de ello, mientras que la mujer que se ha casado varias veces se marchita por completo.
El pueblo turco no debe contemplar en sus museos malas imitaciones de la pintura occidental sino su propia vida. Nuestros museos no deben mostrar las aspiraciones de nuestros millonarios de sentirse occidentales, sino nuestra vida. Mi museo es toda nuestra vida, la de Füsun y la mía, todo lo que hemos vivido, y todo lo que le he contado es verdad, Orhan Bey.
Se habla, ¡oh Catón!, y se murmura de tu silencio. Muy bien, como no se murmure de mi conducta, pues yo empezaré a hablar cuando no haya de decir nada que fuera mejor no haberlo dicho
Deseo hablar siempre del presente: lo pasado ha muerto, debemos enterrarlo; el hombre debe caminar sin volver la vista, siempre con la mirada puesta en el porvenir.