Cada uno habla de la feria según como le va en ella.
La pequeña pantalla es la barraca de feria donde el pueblo viene a ver las maravillas del mundo.
Toda la felicidad que la humanidad puede alcanzar, está, no en el placer, sino en el descanso del dolor.
El descanso es bueno para los muertos. La contemplación no es un lujo, es una necesidad
puente de dos columnas, y yo río. Tú, río derrumbado, y yo su puente abrazando, cercando su corriente de luz, de amor, de sangre en desvarío.
Uno de los fines que persigue la poesía: ser el puente que va de las sensaciones a lo sensible.