Todos aquí para mirar arder y consumirse ese fuego. ¿Fuego sólo? ¿No es un corazón apasionado que se ilumina en los cielos?
Por método entiendo aquellas reglas ciertas y fáciles cuya rigurosa observación impide que se suponga verdadero lo falso, y hace que sin consumirse en esfuerzos inútiles y aumentando gradualmente su ciencia el espíritu llegue al verdadero conocimiento de todas las cosas accesibles a la inteligencia humana
Es mejor y más sano para el alma, se dijo hace ya tiempo, gastarse que enmohecerse.
Julio César les decía a sus hombres: 'No temáis, vais con César y su estrella'. Yo les digo a ustedes: 'No temáis, vaiscon Carlos Menem y su estrella
La sangre es para nosotros el símbolo de la vida. Circula sin cesar por el cuerpo, desde la concepción hasta la muerte; pasa del cuerpo de la madre al del niño; bate las arterias en la vigilia como en el sueño; nunca interrumpe su curso. La sangre de los antepasados fluye a través de las generaciones, uniéndolas en un ingente conjunto, sometido al sino, al ritmo, al tiempo.
Al finalizar este año, pidamos por la Iglesia, para que, no obstante sus limitaciones, se afiance cada vez más como morada de Dios
Mejor no llegar a llenar que llenar hasta el borde. Afila demasiado la hoja, y pronto se desafila. Acumula oro y jade, y nadie puede protegerlo. Consigue caudal y títulos, y vendrá desastre. El rico y orgulloso se pierde a sí mismo, y en consecuencia atraerá la desgracia. El hombre que surca el Sendero del Cielo se retira luego de finalizar su obra
Ningún deseo puede crear su propia satisfacción, ningún juicio puede ser juzgado verdadero por sí mismo, ningún razonamiento puede concluir por sí mismo que está bien fundado
¿No es razonar de la misma manera concluir que un objeto no comporta ni extensión ni forma porque a los ojos de un observador parezca pequeño, liso o redondo, y a los ojos de otro observador y en el mismo momento parezca grande, rugoso y anguloso?
Pushkin, tan aficionado a reír, a medida que yo leía se iba poniendo cada vez más sombrío, y al acabarse la lectura exclamó con desesperación: ¡Dios mío, qué triste es nuestra Rusia! En aquel momento me di cuenta de la importancia que podía tener todo cuanto saliera directamente del alma, y, en general, todo cuanto poseyera una verdad interior.
Un hombre vulgar puede acabarse lo mismo que un gran hombre.
Toda comprensión intensa es finalmente la revelación de una profunda incomprehensión. Todo momento de hallar es un perderse a uno mismo.
¿Qué es el hombre, ése semidios ensalzado? ¿No le falta la fuerza cuando más la necesita? Y cuando abre las alas en el cielo de los placeres, lo mismo que cuando se sumerge en la desesperación, ¿no se ve siempre detenido y condenado a convencerse de que es débil y pequeño, él, que esperaba perderse en el infinito?
El error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea.
Si fuera una genia haría desaparecer a algunos como hacen los genios
El choque de las opiniones contrarias hacen desaparecer los visos de la verdad.