La potencia al golpear viene de una torsión rápida de la cintura, y no de un movimiento oscilante de balanceo.
Me vi abrumado de felicitaciones, bendiciones y abrazos. Yo lo recibí todo con manos temblorosas, labios fríos, cerebro vacilante y un corazón que se me había vuelto de piedra. Todo desfilaba ante mí como un sueño. Observaba aquel desfile sin pensar siquiera en quién iba a ser la víctima.
La pluma está en mi mano vacilante y medrosa, pero en mi corazón no florecen los versos.
Ritmo. Signos que siempre son clave. Imágenes fugaces. titubeante como una música de sombras redimidas.
La potencia al golpear viene de una torsión rápida de la cintura, y no de un movimiento oscilante de balanceo.