Es una regla de la amistad que cuando la desconfianza entra por la puerta, el afecto sale por la ventana
En la naturaleza del hombre encontramos tres causas principales de querella: la competencia, la desconfianza y la gloria.
Todo lo que existe puede concebirse solo, o no puede concebirse solo. No hay término medio, pues las dos proposiciones son contradictorias. Ahora bien, todo lo que podemos concebir solo, sin pensar en algo más, como existiendo independientemente de otra cosa, o sin que la idea que tenemos de ellos represente nada más, es sin duda un ser o una sustancia.
Una mente atormentada por la duda no puede concentrarse en el camino que conduce al éxito.
Eso de haber de abismarse en la incertidumbre y desesperar de la verdad, es un triste y miserable refugio contra el error.
De pronto recordé que había soñado con eso: Un laberinto asfixiante en el que por más que caminara siempre estaba en el mismo lugar. Algo me atrajo, quizá la incertidumbre o mi propio miedo, y me largué a correr hacia cualquier parte.
Es una regla de la amistad que cuando la desconfianza entra por la puerta, el afecto sale por la ventana
A quien nos justifica nuestra desconfianza llamamos enemigo, ladrón de una esperanza