La primera regla de una escuela de hechicería es que ningún aprendiz, bajo ningún concepto, debe jamás rebelarse contra su Maestro.
En cuanto a los dragones dijo Sirius, hablando en aquel momento muy aprisa-, hay una manera, Harry. No se te ocurra emplear el encantamiento aturdidor: los dragones son demasiado fuertes y tienen demasiadas cualidades mágicas para que les haga efecto un solo encantamiento de ese tipo.
Ese liberador encantamiento de que el cuento dispone no sólo pone en juego de forma mítica a la naturaleza, sino que alude a su complicidad con el ser humano liberado.
Tú conjuras silencios, yo conjuro palabras intentando con ellas esquivar el infierno, que no está, como dicen, debajo de nosotros, sino que nos habita. Un estado mental en el que las estrellas se nos antojan pulgas que nos pican el alma. El infierno es un hombre que dialoga con su desdicha cada día.
Días que se queman lentamente, conjuro antiguo, encantamiento, los dioses sostienen la balanza durante una hora titubeante.