A juzgar por la actitud de los hombres y mujeres de la calle el otro día, y la de mi hermano estos últimos días, la cosa es poco más o menos segura: quieren que me saque el cinturón, lo amarre a un poste y me cuelgue. Nadie los llamará asesinos y, sin embargo, verán colmados sus deseos secretos.
Así como antes abandonaba un país y un trabajo muy bueno para marchar a otro, y entre la bolsa y la vida siempre he escogido la vida, ahora que estoy bastante establecido, nuevamente escojo la vida: es una experiencia rejuvenecedora, peligrosa, difícil, un desafío volver a un país que ha cambiado tanto respeto a lo que yo conocí.
Llamo intereses a las orientaciones básicas enraizadas en las condiciones fundamentales de la posible reproducción y autoconstitución del género humano, es decir, en el trabajo y en la interacción