El arte de la política consiste precisamente en saber cuándo es necesario golpear a un adversario ligeramente por debajo del cinturón.
Ten paciencia, mujer que eres oscura: algún día, la forma destructora que todo lo devora, borrará mi figura. Se bajará a mis libros, ya amarillos, y alzándola en sus dedos, los carrillos ligeramente inflados, con un modo de gran señor a quien lo aburre todo, de un cansado soplido me aventará al olvido.