No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi.
Cada vez que ganamos nos tienen en vilo, porque se creen los inventores del remo y al perder la bandera de La concha actúan como si les arrebataran el Árbol de Guernica dan ganas de decirles que remen ellos