El hombre es un ser racional y continuamente está en busca de la felicidad que espera alcanzar mediante la gratificación de alguna pasión o sentimiento. Rara vez actúa, habla o piensa sin una finalidad o intención.
Los analistas interpretaron erróneamente mi teoría de la genitalidad. Habían oído decir que la privación de satisfacciones sexuales era la causa de las neurosis, y entonces dejaron que sus pacientes se satisficieran, y procuraron curar rápidamente. Descuidaban todos ellos el hecho de que la esencia de la neurosis era la incapacidad de obtener gratificación
¿Qué otra cosa es la riqueza cuando no se piensa en Dios? Un ídolo de oro, un becerro de oro. Y lo están adorando, se postran ante él, le ofrecen sacrificios. ¡Qué sacrificios enormes se hacen ante la idolatría del dinero! No sólo sacrificios, sino iniquidades. Se paga para matar. Se paga el pecado. Y se vende. Todo se comercializa. Todo es lícito ante el dinero
Todos sabemos cómo el tamaño de las sumas de dinero parece variar de manera notable a medida que se nos paga o pagamos
Dale al trabajador su salario antes de que se haya secado el sudor de su frente.
Cuando pienso que sería feliz si pudiera tener ciertas cosas que no puedo pagar, un aumento en mi salario no aleja la infelicidad, ya que desde mí nueva posición financiera puedo ver un nuevo conjunto de cosas que no poseo. Este problema no existirá cuando entienda que la felicidad radica en una actitud hacia el presente y no en una condición futura.
A menudo la verdadera alabanza es la recompensa del humilde, mientras que la engañosa es la remuneración del portentoso.
La discriminación económica y profesional es determinada mucho más por las sexistas actitudes sociales que por la ley. Ni en igualdad de oportunidades, ni en igualdad de remuneración a trabajo igual, hay, ni con mucho, paridad entre la mujer y el hombre.
Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto.