El necio egoísta y sonriente, y el necio triste y ceñudo serán tenidos por sabios y servirán de norma.
Hoy ceno contigo, hoy revolución...
Tú que frunces el ceño y lees estos poemas de mala gana, ojalá que sientas envidia de todos, envidioso, y que nadie te envidie a ti.