Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.
Si la culebra pudiese hablar, sería el mayor calumniador del león. Los hombres reptiles por eso persiguen con su lengua a las almas superiores
Las mordeduras más peligrosas son las del calumniador entre los animales salvajes y las del adulador entre los animales domésticos.