Mi idea del atractivo femenino camina por la vereda de enfrente de la plena exposición. Seduce mucho mejor una insinuación que una aparatosa muestra gratuita del físico.
Los pueblos igualitarios sienten repugnancia y temor ante la más ligera insinuación de ser tratados con generosidad o de que una persona piense que es mejor que otra.
A los que creen que tener constituye la categoría mas natural de la existencia humana puede sorprenderles enterarse de que en muchos idiomas no hay palabra que signifique tener. Por ejemplo, en hebreo tengo debe expresarse en la forma indirecta Jesh Li (es para mí)
Toda persona que apoya de forma directa o indirecta un estado organizado militarmente participa en el pecado. Todos los hombres son cómplices del pecado cuando contribuyen al mantenimiento del Estado pagando impuestos
¿Acaso no se le condenó a beber una pócima venenosa de hierbas maceradas a aquel conocido anciano de sabiduría divina a quien el oráculo de Delfos proclamó como el más sabio de los mortales, cuando se vio asediado por la envidia y el engaño de una depravada facción, y como corruptor de la juventud? alusión a Sócrates.
Aquí no hay derrotados. El único derrotado en estas elecciones, no tiene documento nacional de identidad. El único derrotado es aquel que con su negro dinero quiso extender su gobierno petrolero hasta el Perú. ¡Aquí está la democracia que le ha dicho no!. (En alusión a Hugo Chávez).
Una cantidad de interferencias en el buen funcionamiento de la economía como el de la compra de dólares, imagínese en un momento en que hay abundancia de dólares en todo el mundo, aquí porque han creado un clima de desconfianza la gente se ve restringida de poder proteger sus ahorros
La desconfianza es madre de la seguridad
-Hablar de otro mundo distinto de éste carece de sentido, suponiendo que no nos domine un instinto de calumnia, de empequeñecimiento y de suspicacia contra la vida.
La ironía es el coraje de los débiles y la cobardía de los fuertes.
La faceta ridícula que veo en el amor siempre me impidió entregarme a él. He deseado, en ocasiones, seducir a una mujer, pero con sólo pensar en el aspecto extraño que en esos momentos debía de tener, me entraban ganas de reír. Tanto es así que mi voluntad se derretía al fuego de la ironía interior, y dentro de mí cantaba el himno de la amargura y de la irrisión.