Decíamos y es verdad, que éramos un pueblo intuitivo que nos gustaba mucho improvisar, pero para improvisar hace falta mucho talento, y ese talento creativo que tiene que anidar en el cine se ha perdido
Es más fácil escuchar a alguien un rato e improvisar que sentarse día tras día y penetrar las capas de lo mundano y lo trivial en búsqueda de lo profundo.