En mi calidad de empleador y director (..) hice todo lo que pude para aliviar los males de mis empleados; y sin embargo, a pesar de todo lo que hice, con nuestro sistema totalmente irracional de creación de riqueza, de formación del carácter y de organización de todas las actividades humanas, sólo pude aliviar un poco la miseria de su estado.
Si puedo evitar que un corazón sufra, no viviré en vano; si puedo aliviar el dolor en una vida, o sanar una herida o ayudar a un petirrojo desmayado a encontrar su nido, no viviré en vano.
La verdadera virtud, por tanto, sólo puede descansar en principios que la hacen tanto más sublime y noble cuanto más generales.
Los que tratamos de tomar la antorcha y seguir los pasos de Jesucristo, no debemos descansar hasta que los muros de la injusticia, la exclusión y la mentira caigan en nuestra preciosa tierra americana ancha y enajenada.
Como poeta, tiendo hacia la melodía, en el sentido de que el esfuerzo debe reposar en la estabilidad, en un orden satisfactorio de sonidos
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
Dormir es distraerse del mundo.
Se debe trabajar, si no por inclinación, por lo menos de desesperación, ya que, bien probado, el trabajo es menos aburrido que divertirse
Mal puedo arrepentirme de algunas de mis obras ya que casi todas ellas las gané por concurso. Me gusta presentarme a ellos. Se gana y se pierde, pero en todo su desarrollo me divierto mucho. Esto es muy importante: divertirse con lo que uno hace.
Yo no soy patriota. Este vocablo que hace más de un siglo significaba la revolución y libertad ha venido a corromperse y hoy manoseado por la peor gente incluye la acepción, más relajada de los intereses políticos y expresa la intransigencia, la intolerancia y la cerrazón mental
Nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio, mantengamos firme la fe de nuestros antepasados y la seria religiosidad que nos distingue, y purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan infestadas y a punto de corromperse por la influencia de los venidos de fuera.
La gloria es como un círculo de agua que nunca termina de ensancharse, hasta que a fuerza de dilatarse se pierde en la nada.
La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?... Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad.
Ocurra lo que ocurra, pensé, la vida continúa igual, y hacemos las mismas cosas, y seguimos celebrando las pequeñas ceremonias anexas a nuestra comida, a nuestro sueño y nuestro asco. No hay crisis capaz de quebrar la corteza de lo habitual.