La disciplina es, por una parte, el mejor camino para la libertad; pero si se la concibe como fin en sí misma, degrada al hombre, convirtiéndole en autómata.
El futbol americano es un juego espartano que exige cualidades de sacrificio y esfuerzo. Es un juego también de encuentros violentos y por ese violento contacto, requiere una disciplina personal que poco se encuentra en otras situaciones en este mundo moderno
Para imponerse, el entrenador debe tener buenos conocimientos e inspirar confianza. No puede convertirse en un verdugo, ese error suele pagarse caro porque los grandes equipos, como las grandes empresas, se construyen con unidad y respeto mutuo, no con un látigo
No podría sobrevenir mayor desventura que librar la imperfecta naturaleza humana del único látigo que la hace progresar: la necesidad y el hambre.