Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar para ser buenos los límites establecidos por la naturaleza.
Un héroe no tiene que vencer. Un héroe no tiene que ser grandioso. Un héroe puede ser una persona normal capaz de sobrepasar eventos extraordinarios con gracia y dignidad.
Si cultivas con excesivo mimo el jardín secreto de tu alma, puede llegar a hacerse demasiado exuberante, a desbordar el espacio que le corresponde y, poco a poco, a invadir otras regiones de tu alma que no estaban llamadas a vivir en secreto. Y así puede ser que tu alma entera acabe convirtiéndose en un jardín cerrado y, pese a su esplendor y su perfume, sucumba a su propia soledad.
—Señorita Cripslock, señorita Cripslock... esta mañana me he levantado sin otra idea en la cabeza que adelantar papeleo de la Oficina de Correos y a lo mejor resolver el problema del dichoso sello Especial Verde Col de veinticinco peniques. Ya sabe, el que da una col si se planta. ¿Cómo puede esperar que tenga ideada una nueva iniciativa fiscal para la hora de la merienda?
No lo puedo decir todavía, pero les puedo adelantar que es un país brasileño que no queda muy lejos de aquí...
La vejez que no tiene más primacía que la del tiempo, no es verdadera primacía. Ser hombre y no aventajar a los demás con hombría de bien, no es más que vejez.
Un héroe no tiene que vencer. Un héroe no tiene que ser grandioso. Un héroe puede ser una persona normal capaz de sobrepasar eventos extraordinarios con gracia y dignidad.
No se puede sobrepasar a nadie cuando se le siguen los pasos.
La desgraciada y reciente historia del club. Ha sido una triste etapa que debemos superar cuanto antes
Quieren un país dividido, fragmentado, un país donde cada Venezolano se encierra en su propia casa, sector, y que no nos entendemos y unimos para poder enfrentar y superar la amenaza más grande que ha tenido nuestra república en 200 años
La opinión pública debe vigorizarse por la cohesión para hacer prevalecer la voluntad nacional en las emergencias futuras de la vida política.
La defensa de la libertad tiene que ser dogmática, sin concesión alguna al oportunismo, aún cuando no sea posible demostrar que, al margen de los efectos positivos, su infracción pueda comportar algunas consecuencias perjudiciales. La libertad sólo puede prevalecer si se acepta como principio general cuya aplicación a casos particulares no tiene necesidad de justificarse.