Trabajo diariamente como si me fuera a quedar toda la vida, y no ignoro que puedo dejar de pertenecer mañana. Tampoco quiero alardear de fortaleza, pero es muy difícil que deje de luchar. Es mucho más probable que decidan por mí, que yo decida. Frente a la adversidad, siempre sigo luchando. Y sé hacerlo del único modo que se lucha en la adversidad: en soledad. Porque como la derrota produce sensaciones desagradables, es natural que todo el mundo tienda a distanciarse del que protagoniza la derrota. En este caso, me toca liderar a mí un proyecto que está desilusionando, y es natural que eso se viva en soledad, sin compañía. Y lo digo exactamente así: me parece natural, me parece lo normal, me parece que es lo que sucede siempre.
Si queremos que se haga algo en el siglo XXI, el mensaje parece ser: No votes por alguien que dice que va a hacer algo, porque lo más probable es que no lo haga. Si quieres que pase algo en el siglo XXI, hazlo tú mismo.
La vida es un arbusto de abundante ramificación, continuamente podado por el inexorable ángel de la muerte de la extinción, no una predecible escalera de progreso
Por algún misterio de la naturaleza, los sentimientos, la imaginación, los sueños y los cuentos no tenían cabida en su cerebro; en cambio, dominaba lo lógico, lo fácilmente predecible de los unos y los ceros, los pequeños impulsos eléctricos del ordenador que se hacían visibles en la pantalla.
No hay verdades únicas, ni luchas finales, pero aún es posible orientarnos mediante las verdades posible contra las no verdades evidentes y luchar contra ellas
La elección humana es imposible sin el conocimiento, y la elección adecuada sólo es posible allí donde el conocimiento es completo y está científicamente organizado. Eso es lo que nos diferencia de las bestias.
No hay violencia admisible aun la violencia puesta al servicio de la causa justa, concepto que el ser humano puede creer pero no precisar.
Lo que no es moralmente admisible es la aprobación jurídica de la práctica homosexual. e ha querido legitimar un desorden moral. ha conferido indebidamente un valor institucional a comportamientos desviados, no conformes al plan de Dios: existen las debilidades ―lo sabemos―, pero el Parlamento, al hacer esto, ha secundado las debilidades del hombre
En tus manos soy mar incontenible, horizontales anhelos, hembra previsible ante la presencia de innumerables goces.
Cuanto menos previsible es el futuro, más necesidad tenemos de ser móviles, maleables, reactivos, propensos al cambio permanente, supermodernos, más modernos que los modernos de la época heroica.
¿Es imaginable un ciudadano que no posea un alma de asesino?
Pero una vez que el pueblo fue poseído por estos hombres espirituales, no hubo ya remedio humano imaginable que pueda aplicarse.
Ultimamente se han escrito varias obras de teatro sobre la monstruosa injusticia que supone el actual código de moral social. Por supuesto que es una vergüenza insultante que haya una ley para el hombre y otra para la mujer. Yo creo que no debería haber ley alguna para ninguno de los dos.
El general pertenecía a esa clase de personas que, aunque hacían de él lo que querían (por supuesto sin que él lo advirtiera), si se le metía una idea en la cabeza, en ella se quedaba como un clavo, sin que existiera ninguna posibilidad de sacársela.