Sobre la impuntualidad de Marilyn debo decir que tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató cada mañana a las seis y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés. Pero, ¿quién querría verla?
Si nosotros hablamos de la España eterna, de la España imperial, ellos también dirán que echan de menos la España grande y el Estado corporativo. Estos movimientos se pueden parecer tanto al nuestro como pueda parecerse un plato de fiambre al plato caliente de la víspera
Eran las cuatro y media de la madrugada. Las estrellas cuchichearon entre sí, detrás de los abanicos, y algo como un enorme chorro de champagne, arrojado por una fuente azul, se dibujó en Oriente. Era el cometa. La luna, esa gran bandeja de plata en donde pone el sol monedas de oro, se escondía, desvelada y pálida, en el Oeste. Los luceros y yo teníamos frío.
La camarera me trae, en una bandeja lunar, sus senos semi-desnudos...Unos senos que me llevaría para calentarme los pies cuando me acueste.
Lo que se recibe se recibe al modo del recipiente
La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte
La camarera me trae, en una bandeja lunar, sus senos semi-desnudos...Unos senos que me llevaría para calentarme los pies cuando me acueste.
Eran las cuatro y media de la madrugada. Las estrellas cuchichearon entre sí, detrás de los abanicos, y algo como un enorme chorro de champagne, arrojado por una fuente azul, se dibujó en Oriente. Era el cometa. La luna, esa gran bandeja de plata en donde pone el sol monedas de oro, se escondía, desvelada y pálida, en el Oeste. Los luceros y yo teníamos frío.
Yo nunca murmuro escandalosamente. Me limito a chismorrear. El chismorreo es siempre encantador. La murmuración escandalosa es un chismorreo que la moralidad hace aburrido.
Eliminad de una comunidad la murmuración y la parcialidad, y se gozará de una paz perfecta
Debo enfatizar que mi ensayo no está basado en investigación académica sino sólo en la observación Desde un punto de vista académico, podría sólo parecer habladuría vacía. Pero para los estudiosos occidentales de la Unión Soviética, en cualquier punto, esta discusión debería tener el mismo interés que un pez tendría para un ictiólogo si aquél súbitamente comenzase a hablar.
Recibí su comunicación ayer y estoy entendido de ella. No me rendire y aquí los espero. Yo quiero patria libre o morir. No les tengo miedo; cuento con el ardor del patriotismo de los que me acompañan
Ese liberador encantamiento de que el cuento dispone no sólo pone en juego de forma mítica a la naturaleza, sino que alude a su complicidad con el ser humano liberado.
Para evitar el daño irreparable, el presupuesto debe balancearse lo antes posible y no sólo en cuestiones superficiales. El equilibrio debe conseguirse mediante el recorte del gasto imprudente y no mediante la subida de la carga impositiva que ya se encuentra socavando los incentivos y la producción.
No es un recorte presupuestal. Es ahorrarle dinero a los ciudadanos para entregárselos en inversiones, en obra.
Mas, ¿será posible que un español entre en mi familia?, ¿será posible que mi única hermana venga a ser mujer de un maketo?... Si tal acontece, ¡juro por la sangre de mi raza que he de largarme al fin del mundo, para no ver más a quienes así y por un plato de lentejas, menosprecian a su raza y venden a su patria!.
Si nosotros hablamos de la España eterna, de la España imperial, ellos también dirán que echan de menos la España grande y el Estado corporativo. Estos movimientos se pueden parecer tanto al nuestro como pueda parecerse un plato de fiambre al plato caliente de la víspera
Soy comidilla de los paparazzi, no se porque me acosan tanto, uno de mis mas grandes deseos es que me dejen en paz, soy una persona como tú, tengo hijos en casa, merezco privacidad y respeto como cualquier ser humano debería de tener.
Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen.
Sobre la impuntualidad de Marilyn debo decir que tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató cada mañana a las seis y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés. Pero, ¿quién querría verla?
A veces, al pasar con los platos a espaldas de la tía, Simonetta dedica al viejo risueñas muecas de complicidad. Así su presencia juvenil hace florecer unas lilas en el corazón cansado.
La estructura clásica de los platos se rompe: en los entrantes y en los postres hay una verdadera revolución en la que tiene mucho que ver la simbiosis entre el mundo dulce y el mundo salado; en los segundos platos se rompe la jerarquía producto-guarnición-salsa.
En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida verdad y caridad se funden. La caridad sin verdad sería ciega; la verdad sin caridad es como un címbalo que tintinea.