Además, cuando nosotros concluimos que Dios no ha podido dejar de hacer aquello que ha hecho, lo deducimos de su perfección, porque en Dios sería una imperfección el poder omitir lo que hace.
A decir verdad Dios no parece necesitar razones para hacer lo que hace y para omitir lo que omite, al igual que sus criaturas
¡Ay, durante mucho tiempo yo no pude olvidar dos piernecitas! Triste y desencantado, todavía me acuerdo de ellas y en sueños me perturban el corazón. ¿Cuándo y dónde, en qué desierto las olvidarás, insensato? ¡Ay, piernecitas, piernecitas! ¿Dónde estáis ahora?
Y no nos debemos de olvidar del factor tiempo. Una invención podría no tener éxito, pero diez años más tarde alguien hace lo mismo con algunos cambios imperceptibles y tiene un rotundo éxito.
Los geólogos disfrutan con los terremotos y otras catástrofes naturales porque abren la tierra y dejan entrever sus secretos. Mi actitud hacia esta barcaza era similar. No había forma de sacarla a rastras de la isla y saltar dentro de la cavidad que había horadado, pero podía pasearme por los bordes con mis tarros de muestras y ver qué aparecía.
Miedo escénico es lo que siente un futbolista al saltar a un estadio como el Santiago Bernabéu lleno de gente.
Sería mejor prescindir de la personificación del mal, debido a que conduce, con demasiada facilidad, al tipo más peligroso de guerra: la guerra religiosa.
Esta frase aparece a veces en otra forma también atribuida al mismo autor: El arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil. ¿Qué es el arte, sino una manera de ver?
No se llega a gran hombre si no se tiene el coraje de ignorar una infinidad de cosas inútiles.
Tenemos la obligación de dar ejemplo con nuestra vida y nuestra doctrina, no sea que hayamos de pagar nosotros el castigo de quienes parecen ignorar nuestra religión, y así pecaron por su ceguera. Pero también vosotros debéis oírnos y juzgar con rectitud porque, en adelante, estando instruidos, no tendréis excusa alguna ante Dios si no obráis justamente (... ).
Las reglas elementales de la cortesía son muy simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás, y prestarles atención.
Soy feliz, Póstumo, con los besos de saludo que me das con un solo labio: pero podrías suprimir la mitad de esa mitad. ¿Quiéres hacerme un favor más grande y verdaderamente inestimable? Guárdate esa mitad entera