Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía que dio a cascar al diente de la sabiduría.
Vivamos, Lesbia mía, y amemos, y a las maledicencias de los viejos severos démosles menos valor que a un as. Los astros pueden morir y volver; pero nosotros, una vez que muera nuestra breve luz, deberemos dormir una última noche perpetua. Dame mil besos.
Los que padecéis porque amáis, amad más aún. morir de amor es vivir.