Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen a esconderse los regocijos más aventajados.
El médico, en la guerra, es el único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo, porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano
Como un camino en otoño: tan pronto como se barre, vuelve a cubrirse de hojas secas
¡Con qué autoridad y apariencia de verdad puede encubrirse arteramente el pecado!
Hay que taparse los ojos y cerrar los oídos
Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras: inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara
Es el amado Dios de la música, a quien todos los compositores deberían elevar una oración antes de ponerse a trabajar, para que los salve de la mediocridad.
La utopía es pensar y anhelar algo que parece imposible algo digno de la condición de los hombres. ponerse a trabajar, marginalmente en la utopía, pero tomando las precauciones para que nunca se cumpla del todo.
Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones, y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo, y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como acidentes inseparables que no se quitan sino con la muerte.
La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.
Qué imbécil no verá su pasión más desjuiciada. ¿Y qué clase de rico será quien no lleve todo junto y en un solo puño la psiquis y el latir de su pueblo?