El señor Tulipán levantó una mano temblorosa.
Siendo propiedad del señor Jesucristo a gran precio adquirida, no debemos ser esclavos de Satanás ni de hombre, sino señores verdaderamente libres que no sirven al pecado sino al señor Jesús
Llega al Madrid un entrenador sin títulos, y lo matan
Soy el mejor entrenador del mundo y soy portugués