Ya a esta altura de mi carrera no creo que vaya a jugar mucho mejor sobre el pasto ni tampoco pretendo hacerlo, nunca me voy a adaptar a esta superficie Wimbledon 2006
Sólo sabemos toda nuestra altura si alguien le dice a nuestro ser: ¡Levanta! Y entonces, fiel consigo, se agiganta hasta llegar al cielo su estatura.
La vulgaridad es el blasón nobiliario de los hombres ensoberbecidos de su mediocridad.