Los hombres se parecen a esos relojes de cuerda que andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que repita una vez más su rancio sonsonete gastado de eterna caja de música, frase por frase, tiempo por tiempo, con variaciones apenas imperceptibles.
El misterio de este maldito virus ha sido generado por los 2 billones de dólares que han gastado en él. Coges cualquier otro virus y te gastas dos billones y ya puedes empezar a construir algunos grandes misterios sobre él también