Hay reglas sencillas para el uso de la Penicilina: usarla sólo para los microbios que sean vulnerables a ella, aplicar la dosis indicada y que el tratamiento dure lo suficiente para eliminar la infección; siguiendo estas reglas, todos quedarán satisfechos; de lo contrario, el resultado será decepcionante.
El nacionalismo es una epidemia de muy difícil tratamiento pues utiliza la paranoia como razón esencial de sus tesis.
Briatore tiene que cambiar de medicación
Hallarse uno cargado de obligaciones y sin remedio para socorrerlas hace buscar medios y remedio cómo salir de ellas. La necesidad enseña claros los más oscuros y desiertos caminos.
Y tú, como piloto descuidado, que en medio del mar Jonio mal seguro, cuando más lo alborota el Austro airado en el cielo poniendo un velo obscuro, reposa y el timón deja olvidado, sin prevenir remedio al mal futuro ¿Tan descuidado duermes, olvidando las armas que te están amenazando?
La bondad es lo único importante, ya que es el bálsamo que pone un poco de suavidad en cualquier herida amarga.
Yo tengo que jugar un papel en la dirección —obviamente— por un tiempo, no sé por cuánto tiempo. Uno trata de dar, de desprenderse de casi todo y entregarse de lleno al pueblo. Entonces, ¿cuál es mi bálsamo? Mi bálsamo es el pueblo. Me voy a las calles y se me quita cualquier mal, y me tiro en brazos del pueblo.
Toda creación de arte es gestada por su tiempo y, muchas veces, gesta nuestras propias sensaciones. De esta manera, toda etapa de la cultura produce un arte específico que no puede ser repetido.
El antisemitismo burgués tiene un específico fundamento económico: el disfraz del dominio como producción.
La droga es el producto ideal...La mercancía definitiva. No hace falta literatura para vender. El cliente se arrastrará por una alcantarilla para suplicar que le vendan...El comerciante de droga no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. No mejora ni simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente
Que droga dura es la soledad que no te deja sostener los ojos fijos en el televisor ni el mundo bajo tus pies.