Ése es un paisaje hermoso pensó la hormiga ante una barra grande de pan poco antes de que el cielo se desplomara sobre su cabeza disfrazado de la edición dominical del New York Times.
Es una emoción muy grande regresar la corona a México, ya nos tocaba, este año pasó y vamos a hacer todo con todos las ganas y con mucho trabajo.
Lo contrario de la hipérbole es el trabajo: exactitud, reflexión, precisión. Es dificil hacer del idioma un instrumento exacto y dúctil; y es fácil salir del paso con un superlativo que no dice nada.
El primer signo distintivo de ese arte es lo ilimitado, lo superlativo del mismo; un deseo de superación y un impulso hacia la inmensidad, que es adonde quiere llegar el demonio, porque allí está su elemento, el mundo de donde salió.
El Rey se ganó el Trono de sus antepasados medievales en la noche del 23-F y sumó la legitimidad de ejercicio al origen que ya tenía
Compadezco al que no conoce el ajedrez. Causa ya alegría al aprendiz; al veterano le produce sumo placer
Si se cultiva un mismo producto año tras año en una misma parcela, los organismos patógenos que atacan dicho producto proliferarán en la zona hasta volverse incontrolables. La naturaleza tiene horror al monocultivo: cualquier observación somera de un medio vegetal a animal revelará una gran variedad de especies.
Es el mejor de España y del mundo...después de mi (entre risas). Tengo que agradecerle mucho como jugador. Es joven y a pesar de su juventud acumula una enorme calidad que aún puede acrecentar. En el Europeo, Raul puede ser el protagonista y quizás lleve a España muy lejos. Me parece un gran chico aunque no le conozco personalmente
Alejandro magno increpaba a un pirata que había capturado echándole en cara su profesión. Soy pirata se oyó responder porque no tengo más que un barco. Si tuviera una flota, sería un conquistador. Alejandro le dejó en libertad.
Ahora bien, el gran secreto del régimen monárquico y su máximo interés en mantener engañados a los hombres y en disfrazar, bajo el especioso nombre de religión, el miedo con el que se los quiere controlar, a fin de que luchen por su esclavitud, como si tratara de su salvación, y no consideren una ignominia, sino el máximo honor, dar su sangre y su alma para orgullo de un solo hombre.
El mismo Salomón, en cuya época los asuntos judíos estaban en su máximo esplendor, alberga la sospecha de que todo sucede por casualidad...