Pobre juventud: ¡Qué fácil es naufragar! Dichoso aquel que estuvo en peligro entre el oleaje del mar y logró llegar a la orilla.
Cuando el mar estaba claro tracé tu nombre en la playa, vino un oleaje a borrarlo y el mar se volvió esmeralda.
La esperanza es el flujo de la vida. Cuando no hay lugar para la esperanza, es cuando surge la muerte
Como perlas, vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser en el perpetuo flujo de la Vida Divina.