Yo le hago la apología a la ginebra, pero ahora ya no quiero más. Nunca pensé que fuera el elixir de la vida, más bien es el elixir de la muerte, y te vas dando cuenta dentro de tu cuerpo, te vas dando cuenta que algo se está extinguiendo.
...: de sobra es conocida, en efecto, la falta de escrúpulos de todos los sectarios para componerse su propia apología a partir de su maestro.
Es vulgarísima verdad que, en grado variable, el afán de aprobación y aplauso mueve a todos los hombres...
Allí donde encurvaba la retorcida cola y extendía sus pinzas el Escorpión ya no aparece el Fraude, el aplauso injusto, el Amor fingido, el Engaño, la Traición, sino las virtudes contrarias, hijas de la Simplicidad, Sincerida, Verdad y que se mueven por los campos de las madres.