Te miro, y lloro porque no me miras: me miras, y suspiro al hallar el desdén en tu mirada: suspiro, y lloro porque no suspiras, suspiras ¡ay! Y acongojado miro que no es por mí...
Dichoso reino cuyo rey sabe llorar y enternecerse; se escandalicen los bravos, que el Rey de reyes sabemos que lloró y nos hizo venturosos en sus lágrimas y en sus dolores