Condenando el parasitismo de la Nobleza inglesa y la naciente clase capitalista, Moro describió a los propietarios de profesion, como los zánganos, viven del trabajo ajeno, concretamente del trabajo vivo de los inquilinos, a los que mondan hasta la carne viva.
La cibercomunidad naciente encuentra refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente, donde cada cual vela por su santo y está cada cual metido en su propia burbuja.
El viento le sacudía la ropa y tiraba de él hacia el vacío. Pegó la mejilla contra la roca saliente y utilizó las grietas para agarrarse a la pared, luchando por vencer el miedo.