Acabas de cenar, y no importa lo escrupuloso que esté escondido el matadero con la agraciada distancia de las millas, hay complicidad
Lo que veo venir es un matadero gigantesco, un Auschwitz molecular, en el que en lugar de dientes de oro se extraerán las enzimas, las hormonas y todas las cosas que se consideren valiosas