Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.
Se murió mi amigo bronco
Puede uno vivir todo lo retraído que quiera; pero al menor descuido se hallará convertido en deudor o en acreedor.