Amar al otro es renunciar a poseerlo, incluso muerto; renunciar a que vuelva, descubrir que sigue estando ahí, en un silencio que ya no nos causa pavor, en un desierto que se hace acogedor de lo más valioso que tenemos, lo esencial de lo que permanece cuando ya no se puede nada.
Hay una cama, una pequeña mesa plegable, y armarios de madera de verdad. Esos elementos en combinación con fotografías de familiares y amigos le dan un aire acogedor y doméstico completa- mente arruinado por la fotografía enmarcada de Adolf Hitler que cuelga del mamparo. A Waterhouse le parece de un asombroso mal gusto hasta que recuerda que es un submarino alemán.
El amor toma rehenes. Se cuela dentro de ti. Te come por dentro y te deja llorando en la oscuridad, de tal manera que una frase tan simple como quizá deberíamos ser sólo amigos o qué receptivo se convierte en una esquirla de cristal abriéndose paso hasta nuestro corazón.
La música es una mujer. La naturaleza de la mujer es el amor, pero este amor es receptivo y se entrega incondicionalmente en la percepción.
Quien se propone ser caritativo después de muerto es, mirándolo bien, generoso con los bienes de los demás, no con los propios
Se conoce quién es caritativo por caminos totalmente distintos de las suscripciones benéficas
Dicen que se supone que uno debe ser amable con los episcopales y los presbiterianos y los metodistas y esto y lo otro. Tonterías. No tengo por qué ser amable con el espíritu del Anticristo.
¿Me amarás? Murmuraste. Lenta y grave vibró en mis labios la promesa suave de la dulce, la amable moabita. Y fue como un ¡amén! En ese instante el toque de oración que alzó vibrante la rítmica campana de la ermita.
Antes de juzgar al prójimo, pongámosle a él en nuestro lugar y a nosotros en el suyo, y a buen seguro que será entonces nuestro juicio recto y caritativo
Que el hombre sea noble, caritativo y bueno, puesto que sólo esto le distingue de todos los otros seres.