Virtud y sabor son casi lo mismo, porque la virtud es poco más que un gusto activo y el más delicado afecto de cada uno se combina en el amor verdadero. ¿Cómo es posible entonces que busquemos amor en las grandes ciudades, donde el egoísmo, la disipación y la insinceridad ocupan el lugar de la ternura, la sencillez y la verdad?
Tengo el gusto de mantener mi mente limpia para crear. La creatividad para mí es un acto deliberado. No contesto al teléfono. No miro televisión. No escucho la radio. Esencialmente empujo todo hacia afuera, así puedo escuchar lo que está dentro de mí
La arquitectura árabe consiguió proporcionarle a la luz, la dulzura y la voluptuosidad que adquiere la luz, en una boca entreabierta de mujer.
No hallo palabras para describir toda la voluptuosidad que aquel ser encantador me reservaba. Ella fue quien se acercó a mí. Sin hablarnos, se confundieron nuestros besos y caricias. Dejaba vagar mi mirada por aquel hermoso rostro, animado del más tierno amor.
La espiritualización de la sensualidad se llama amor.
La sensualidad sin amor es pecado; el amor sin sensualidad es peor que pecado.
Todos los impedimentos cedieron ante la fuerza de su temperamento, cálido, sanguíneo y voluptuoso en extremo. Sus otras pasiones aún dormían, pero sólo necesitaban que se las despertara para exhibirse con violencia tan grande como irresistible.
El hombre voluptuoso es el único que puede ser feliz.