Nuestro saber es una tea humeante de pino que alumbra el camino sólo un paso adelante a través de un vacío de misterio y horror.
Toda virtud tiene sus privilegios; por ejemplo, el de contribuir con su pequeña tea a la hoguera de los condenados.
¿Cómo voy a declarar por dioses a la leña y a las piedras?
Mi mujer de ojos de leña siempre bajo el hacha.