El optimismo es un elemento vigorosamente constructivo, cuya influencia en el individuo equivale a la del sol en la vegetación
Estoy a favor de un gobierno que sea vigorosamente frugal y sencillo
El verdadero hombre feliz es aquel que sabe distinguir las fronteras entre el deseo y el bienestar, y se mantiene firmemente sobre el terreno más alto
La tenacidad. Creer firmemente en sus convicciones sociales y políticas. y mucha práctica.
Estamos obligados a luchar enérgicamente contra todos los eventuales gérmenes de odio colectivo
Rechaza enérgicamente toda sombra de melancolía. Nunca es más apropiada la palabra «sombra». Sí, la melancolía es una sombra que nos impide gozar de una luz y del calor del sol
No trates de alejar los pensamientos irrelevantes y poco importantes. Cuanto más lo hagas, más intensamente retornarán y con mayor fortaleza. Desgastarás tu energía y tu voluntad. Se indiferente
Necesito estudiar mucho y regar con toda especie de abonos violentos el jardín interior para no sentir tan intensamente el vacío de esta vida.
El pecho no es parte que provoque vehementemente la lascivia
Estoy muy triste y me siento más desgraciado de lo que puedo decir, y no sé hasta dónde he llegado... No sé qué hacer ni qué pensar, pero deseo vehementemente dejar este lugar... Siento tanta melancolía
La economía debe existir para el hombre, y el hombre no debe ser esclavo de la economía. Nada más opuesto al espíritu del cristianismo que esta ideología optimista, que admite que el más fuerte y el vencedor, desde el punto de vista económico, es forzosamente el mejor; que la riqueza es una recompensa concedida al hombre en gracia a sus virtudes.
La institución monárquica será tanto más fuerte cuanto más se encuentren personas apropiadas para ello. Eso es lo que les obliga a ellos a mantener una moral exquisita y una presentación siempre adecuada, cosa que yo creo que está haciendo y hace la Familia Real española
Cultivar el hábito de afirmar a la gente, de darles a conocer con frecuencia y con sinceridad que creemos en ellos sobre todo si son adolescentes que están pasando por su segunda crisis de identidad es sumamente importante. Es una inversión relativamente pequeña que produce unos resultados incalculables e increíbles.
Mi futura suegra escupía veneno. Sus ímpetus llevaban un ritmo mental sumamente curioso, pues oscilaban entre el homicidio compuesto y el asesinato triple. Al mismo tiempo que me sonreía con las mandíbulas, me daba puñaladas con los ojos.