¡Vaya! - se dijo Alicia -. He visto muchísimas veces un gato sin sonrisa, ¡Pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más rara que he visto en toda mi vida!
Nada me repugnaba más que el pensamiento de un vínculo entre la vida y la muerte. ¿Es que incluso un gato se esconde ante la proximidad de la muerte a fin de que nadie le vea morir?