Al mismo tiempo que mejora la organización de los mercados de inversión, aumentan, sin embargo, los riesgos del predominio de la especulación. Los especuladores podrían no resultar perjudiciales si fueran como burbujas dentro de una corriente empresarial estable; lo grave se produce cuando es la empresa la que se convierte en una burbuja en medio del desorden especulativo
Además, para abolir el beneficio empresarial habrá que expropiar a los patronos, cuyos beneficios provienen precisamente de que han monopolizado los medios de producción.