A las guerras de religión siguieron, luego de una brevísima tregua, las guerras de los nacionalismos; y en nuestro mundo occidental moderno, el espíritu de los fanatismos religioso y nacional evidentemente una sola y misma pasión
Todo proceso histórico es, en el fondo, un proceso religioso. Sin descubrir el substratum religioso no se entiende nada. La presente situación del mundo es, ni más ni menos, la última consecuencia de la Reforma
Estamos comenzando a mirar lo que el padre libertador imaginaba: una inmensa región donde debe reinar la justicia, la igualdad y la libertad, ¡fórmula mágica para la vida de las naciones y la paz entre los pueblos!.
Jesús va al desierto y allí experimenta la tentación de dejar el camino indicado por el padre para seguir otros caminos más fáciles y mundanos. Así Él se carga de nuestras tentaciones, porta consigo nuestra miseria para vencer al maligno y abrirnos al camino hacia Dios, el camino de la conversión.
Hay sólo dos clases de libertad en el mundo; la libertad del rico y poderoso, y la libertad del artista y el monje que tienen el coraje de renunciar a las posesiones.
Se puede atacar la religión en su culto, en sus bienes, en sus ministros; pero no se puede conseguir que una sociedad subsista sin religión. Un monje ignorante pero henchido de fe puede fundar un imperio; Newton, el incrédulo, pesará los mundos, pero no podrá crear un pueblo.