Vivir es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros con seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurreo, a la verdad y al error.
La mayoría de conjuntos de valores darían lugar a universos que, a pesar de poder ser muy bellos, no contendrían a nadie capaz de asombrarse de esa belleza
Parece admirarse de que yo haya abordado el tema, inclusive pienso que me lo reprocha. Esto hace que sea más necesario hablar de estas cosas. Lo lamentable es que solamente lo pueda hacer con una anciana
Nuestro mayor placer consiste en que se nos admire, y los demás no se prestan sino muy difícilmente a admirarnos, aunque su admiración nos parezca siempre justificada. Así resulta que el hombre más feliz es el que, no importa cómo, llega a admirarse sinceramante a sí mismo. Y mejor aún si sabe encontrar admiración en todo lo que los demás dicen de él.