Vivir es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros con seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurreo, a la verdad y al error.
La mayoría de conjuntos de valores darían lugar a universos que, a pesar de poder ser muy bellos, no contendrían a nadie capaz de asombrarse de esa belleza
El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.
Hay un sentido de divertirse y maravillarse todo el tiempo, uno que nunca debe irse.
Ante tales pintoresquismos, no hay que extrañarse de que los hispanistas naveguen desorientados. España no es que sea diferente; es que es inverosímil.
El pesimista sabe rebelarse contra el mal. Sólo el optimista sabe extrañarse del mal.
La tempestad bendijo mis desvelos marítimos, más liviano que un corcho dancé sobre las olas llamadas eternas arrolladoras de víctimas, ¡diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!
No es de extrañar que troyanos y griegos empuñen las armas por la princesa Helena, que respira el aire del alto Olimpo. Siéntate, niña querida; esta guerra no es tuya, sino de los Inmortales.