Yo dije: Alma, mujer inspiradora: rige mi vida entera para siempre. Arde como la mirra el corazón que inmolo...
Como un guante famélico el día se me escapa de los dedos.
El hombre es el único animal que ha de verse horriblemente desfigurado por la vejez.
En una escena casi me revientan un ojo con una espada, me dieron con el mango y se me puso morado y muy hinchado. Al día siguiente no pude grabar porque estaba desfigurado del golpe
Son celos cierto temor tan delgado y tan sutil, que si no fuera tan vil, pudiera llamarse amor.
El orden involuntario alimenta la insatisfacción, madre del desorden, padre de la guillotina. Las sociedades autoritarias son como el patinaje sobre hielo: Intrincadas, de una precisión mecánica y, sobre todo, precarias. Dentro de la frágil corteza de la civilización se agita el caos... y existen lugares donde el hielo es delgado a traición